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sábado, 7 de junio de 2008

BASTA

"Basta. He aquí una palabra. Basta. Es más que una palabra: es una decisión. Una expresión de voluntad, una expresión de energía en acción. Assez. Ya es bastante. Ya es demasiado. Es -gentes jóvenes que nos escuchan- el verbo de no querer más ¡Basta!" Queremos poner aquí, en nuestra proa, esta palabra, esta sola palabra. Basta. Esta no es una palabra para capitalistas. Esta no es una palabra para especuladores. Esta no es una palabra para los que juntan cualquier cosa (monedas, intereses, bibelots, honores, títulos o porquerías). Esta no es una palabra para los que quieren cosas buenas, amables y cómodas. Esta no es una palabra para señoras o histriones o intrigantes. Esta no es una palabra para los que presencian la farsa dirigiendo, gozando y aplaudiendo; esta no es una palabra para ambiciosos de ningún género. Esta no es una palabra para duques, charlatanes, oradores, beatos, hipócritas e imbéciles. Para todas estas especies no es esta la palabra. Para todas esas especies la palabra es otra. Para todas esas especies la palabra es muy diferente. Para todas esas especies la palabra es: Más.
"Basta es una palabra para nosotros. Basta es la palabra que queremos. Basta es la palabra que escribimos aquí, a la cabeza de este periódico, que no es un periódico, que no es un periódico para aquellas especies. Basta es una palabra de gente joven. Basta es una palabra para intransigentes. Basta es una palabra para gente honrada. Basta es una palabra que viene bien a los limpios de intención. Ellos son los que la esperan y para ellos la inscribimos aquí. Ellos y nosotros estamos unidos por esta palabra.
"Basta es una palabra para nosotros. Basta es la palabra que aquí que no empezamos por donde se empieza generalmente: por un mar de palabras. Empezamos por una sola palabra. No necesitamos por ahora más que una sola palabra. No necesitamos vivir en la Babel habitual, en la confusión más caótica de términos, en el hervidero de vocablos podridos, en la olla común de los conversadores, de los falsos, de los energúmenos. No necesitamos más que una palabra que barra con las malas, que barra con las fraudulentas, que se oponga categóricamente a los equívocos verbos. No necesitamos más que una palabra unívoca. No necesitamos más que la palabra: basta.
"Ella, a nosotros, también nos basta. Ella basta para decir lo que basta. Para decir hasta aquí y no más. Para decir Quosque tandem?¡Basta!
"Basta.
Basta de otras cosas. Basta de muchas otras cosas más. Basta a lo largo de nuestros números venideros, enumerando, Basta de abuso, basta de estupidez entronizada, basta de delictuosos pactos de pequeños estados personales dentro del gran Estado; basta de políticos, de exlplotadores, de cínicos con poder y de poderosos con cinismo; basta de torpes arriba y de auténticos abajo. Basta de descomposición pública. Basta de desconocedores del país moral, con mando en el país político. Basta de hijos bastardos del país espiritual, con voz en el país ostensible.
¡Basta de todo eso!
"Basta de otras cosas. Basta de muchas otras cosas más. Basta de lo que nos empequeñece y nos envilece como nación. Basta de los que nos reducen a su medida, que es pequeña; a su idioma, que es precario; a su salud, que está contaminada; a su moral, que es abominable; a su poder, que está basado en el convenio de comité; a su dinero, que viene de malos juegos; a su idiosincrasia, que es grosera; a su cultura, que es torpe; a su vocabulario, que es estólido; a su estilo general, que es el estilo general de una gran indignidad de conciencia.
¡Basta de todos esos!
"Vamos a usar esta palabra. La vamos a blandir. La vamos a tener en la boca. La vamos a tener en la mano. La vamos a tener en la conciencia. La vamos a tener en el intelecto. La vamos a tener en el corazón. La vamos a tener incluso en la corriente de nuestro sueño, que tendrá por características el ser sueño de unos hombres a quienes importa llenar el insomnio con algún adelanto para los otros, para los que no pueden dormir -mereciéndolo- a causa de una o de otra injusticia. Vamos a llevar esta palabra adentro. La vamos a sacar siempre que haga falta. La vamos a tener limpia y lista como la espada de acero que vela el rápido reposo del militar. La vamos a cuidar como cosa sacra. Como cosa que no se va a malemplear. Como cosa que merece fe, que merece sacrificio, que merece una dedicación no verbal. La vamos tener como la salud de nuestro cuerpo, pero no la salud a cubierto, sino la salud arriesgada y a la intemperie.
"Ese es el modo como vamos -gentes jóvenes que nos escuchan- a pensar, a orar, a exclamar, a gritar la palabra basta."


EDUARDO MALLEA...de La Bahía del Silencio (1950)

3 comentarios:

percanta dijo...

mi doc de cabecera me preguntó un dia que si estaba esperando que me dijera "no podes fumar más" para dejar de hacerlo. cuando llegase ese momento, mis pulmones entonces estarían esperando un transplante.
el uso de la palabra basta la relaciono con el borde, con lo colmado, con lo que no da más, puede ser? por qué entonces tenemos que aguantar hasta decir, pensar y sentir que "basta".
me gustaría escribir acerca de esa cosa que tenemos de aguantar porque si, de sostener situaciones porque ¿no queda otra?

Macha dijo...

Andres! linda biblioteca..hace mucho que no pasaba por estos lugares, hace mucho qe no andaba por la red. Dia frio el de hoy...dia frio para estar lejos!.
Te dejo un abrazo hermano, que estes bien!

andresarga dijo...

Percanta muchas gracias por la visita,espero que hayas podido dejar de fumar y creo q si la palabra basta significa llegar hasta cierto limite y decir loco paremos un poco la bocha y q no hay q joder.
macha hno del alma q buenoq te haya gustado,si hace un frio de cagarse y mas si te qedas estudiando como lo estoy haciendo y perderse cumpleaños de seres qeridos como patru y el gordo luis.un abrazo.
sean bienvenidos siempre percanta y vos tbn obviamente machita