sos solo un numero?

lunes, 8 de octubre de 2007

La tarea


La línea del lápiz sube en vertical, luego hacia la izquierda y luego baja transversal. Es un barquito. Luego, con dos o tres movimientos iguales, más profundos, hace los pájaros, arriba. Y el mástil para que puedan asentarse, por si se cansan de volar. Y después oscilando, arriba, abajo, traza una línea celeste y es el mar. Y más abajo, un pescadito.
Una línea roja sube, hace una montañita, desciende bruscamente, da dos saltos pequeños y dibuja otra montañita, de nuevo da dos saltitos pero más alargados, ahora sube, alto y cae de golpe, se va abajo, no la paran, no la pueden parar, pero de golpe frena y vuelve a subir, apenas a la misma altura y da un salto y otro.
El lápiz dibuja un circulo que tiembla y otro circulo que también tiembla y después rayitas que caen como lluvia sobre la línea celeste y hacen salpicar el mar que casi ni se mueve.
- ¿Cómo va el dibujo niño?
- Mire, señorita
- Muy lindo. ¿Por qué has llegado tarde?
- Es que mi papa tenia que trabajar hoy, señorita. Estas ultimas semanas siempre esta de guardia
- Esta bien. Sigue coloreando
Ahí va la línea roja, sube y cuando parece que se va a parar sigue subiendo, arriba y muy arriba y luego cae de golpe hasta el fondo y tampoco se detiene, se va muy lejos. Pero de pronto, cuando ya parecía que no iba a parar nunca se alza, altísima y se hace una montaña enorme.
La línea celeste traza un redondelito en él triangulo y el barco ya tiene un ojo de buey. Aunque llueve mucho y le empaña los cristales por ahí podría verse una línea roja que cae de la montaña hasta la altura de los saltitos y se queda quieta, muy quieta y va trazando por el papel una interminable, infinita línea roja. Parece el desierto, un largo desierto.
La línea celeste hace rápido otra redondelita para poder ver mas adentro del barco. Y se ve que la línea roja se ha detenido en un punto. Para siempre.
- Almirante – dice el doctor Claudio Pacsevic, señalando el electrocardiograma – se nos fue la mano con la electricidad. Le fallo el corazón. Paso de largo.
- ¡Que lo parió! ¡Tirenlo al agua! – ordena el almirante poniéndose la gorra blanca y la chaqueta azul.
El lápiz hace, porque si nomás, una línea con dos palitos como brazos, otros dos como piernas y una cabecita y la pone sobre la línea celeste.
- ¿Y eso que es, niño?
- Un nadador, señorita.
- Ha quedado muy lindo. Ahora firme el trabajo y entréguelo que ya es hora de ir al recreo
Y el niño con la línea de tinta, escribe: Fecha: 6 de junio de 1976. nombre: Eduardo Pacsevic, 8 años. Tema: El mar.

Leopoldo Castilla

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